BIOGRAFÍA
Nací en Madrid, en 1973.
Fue muy pronto cuando encontré la danza que, como todas las cosas importantes de la vida, llegó de una forma natural, desde la necesidad de superar una enfermedad. Tenía 7 años.
Y comencé con el ballet clásico. Mi primera profesora, Mª Jesús Colorado, era excelente con los niños y a mi me ayudó a encontrar el dominio perdido de mi cuerpo. Ella fue quien me llevó hasta Liz Burr, magnífica maestra multidisciplinar, a quien muchos debemos la mayor parte de nuestros conocimientos y, lo más importante, el amor y el respeto a la danza. Estricta, exquisita y protectora, gran conocedora de la expresión y mecanismos corporales, me ayudó a formalizar mis estudios de danza clásica y modern-jazz, pasando los exámenes de “The Royal Academy of Dancing” e “Imperial Society of Teachers of London”. Esto fue lo que proporcionó estructura a mi cuerpo y mi mente dentro de las leyes de la danza, de las que soy fiel transmisora a mis alumno/as. En estos años, yo luchaba por fortalecer mi cuerpo y mi espíritu, y el movimiento organizado y la calidad de la enseñanza me abrieron el camino, aumentando mi capacidad expresiva dormida.
La danza contemporánea me encontró a mí en el año 1993. Angie Pascienik me mostró un nuevo registro lleno de posibilidades nuevas de expresión, a través de la técnica Graham, que luego continué con Cristine Tanguay, en la escuela de Carmen Senra. Desde entonces, he conocido distintas técnicas (T. Horton, Limon y Release).
En este recorrido, volví a bailar jazz cuando encontré a un gran maestro: Paul Grey. De personalidad arrolladora, bailarín de la prestigiosa compañía ALVIN AILEY, Paul Grey no sólo es un gran artista, bailarín y coreógrafo reconocido en muchos países, sino también una excelente persona con gran capacidad transmisora. Me he sentido siempre privilegiada por formar parte de sus clases, por escuchar fervientemente sus palabras y por haber compartido tantos y tantos momentos que me han ayudado en gran medida a ver la danza como la veo hoy. Francesc Bravo y Michelle Man, figuras representativas de la danza contemporánea en España, han sabido siempre comprender a cada uno de los bailarines/as con quien se han encontrado, sacando de ellos/as lo mejor y oculto. Ambos me han mostrado que la danza es natural, que es intensa, profunda, libre y técnica al mismo tiempo, y que abre nuevos caminos en las personas.
En el año 1995, comencé a interesarme por la danza hindú KATHAK, con Sharmini Tharmaratnam y, años después, BHARAT-NATYAM, con Gloria Mandelik y Clara Mora (Chandrika). Después de 6 años de estudio, tuve que posponer este aprendizaje, pero de nuevo pude experimentar dentro de mí la magia del movimiento cargado de un sentido ancestral, místico. Hoy por hoy, vuelvo a acercarme respetuosa y sutilmente a este lenguaje, a través de la danza ODISSI, con Sikta Devi.
En esos años, conseguí mi licenciatura en C.C. Biológicas (U.A.M.) y estudié Quiromasaje y“Anatomía y Biomecánica aplicadas a la Danza” (Universidad de Alcalá de Henares). Comencé a investigar en distintas técnicas corporales como Antigimnasia, Feldenkrais, Pilates, Diafreoterapia y, más tarde, el Método TRCD de reequilibrio corporal y emocional, que me ha proporcionado la capacidad y las herramientas para conocerme, para verme tal y como soy y extraer, poco a poco, todos mis talentos. Esta es la perspectiva ampliada de mi visión de la danza, del flujo de todos los recursos que cualquier persona posee, a través de la experiencia bella y reveladora del movimiento. Los lenguajes que empleemos son los que pueden enriquecer a unos y otros.
Junto al trabajo con el Método TRCD, fueron la danza africana y la danza oriental las que llenaron mi corazón, lo que permitió que yo expresara un potencial dormido en mí. África llegó a mi vida en 1995 y ya nunca se ha marchado. Este encuentro me dio el sentimiento, la confianza, la fuerza y el amor,… y el impulso de la búsqueda de movimientos olvidados en occidente. La Danza Oriental, ese lado femenino e intuitivo, sale de mí a raudales, y la Danza Africana me invade con la fuerza arrolladora de la “tierra negra”.
Agradezco profundamente a mis maestros: Gloria Alba (mi madre en la danza oriental, pero también compañera y apoyo), Eva Chacón, Cristiane Azem, Beàtrice Grognard, Germaine Acogny, Djoniba Mouflet, Alboury Dabo, Ibrahim Gassama y Michelle D. Ndione, entre otros, su trabajo y dedicación. Y, sobre todo, a mi compañero durante 13 años, gran percusionista, Pape Ndiaye y a toda su familia“griot”, que me han enseñado a vivir y respetar el arte, a amar y a ser paciente en el aprendizaje.
En estas andanzas, he podido bailar y compartir escenarios con distintos grupos y compañías. Actualmente, dirijo el grupo DIKATT, junto a Pape Ndiaye y formo parte de LIVIKA Drums Experience, SURUR (Gloria Alba), LUNA DE ORIENTE (Lubna Shakti), NDIAJAAS (Ibrahim Gassama-Alboury Dabo), IABÀS (Ronald Muzzangue) yORIENTAL SOUND (Arnaldo Iasorli). Colaboro además con el grupo de “Jazz-Hondo” BLACK MARKET de Ángel Rubio, gracias a una propuesta con Ana Saeeda y, eventualmente, con la formación de música africana YARAMÁ. Participo como profesora, y coordinadora escénica en FENICIA, de Cristiane Azem. A ella agradezco su presencia, visible e invisible, sus ojos y sus manos, y toda la danza bella que emana.
Muchos me han acompañado, pero agradezco especialmente a José A. Rodríguez su colaboración y su energía, a Fernando Cea sus cuidados, a Arnaldo Iasorli su amor, su delicadeza y su arte, y a Rosa Briones, Mª Gemma Sáenz y el Método TRCD su apoyo, generosidad y sabiduría.
Fruto de este caminar son dos libros publicados acerca de la danza y las técnicas corporales: “Bailar para adelgazar y divertirse” (ed. Libsa, 2007) y “Estiramientos y conciencia corporal para el movimiento” (ed. Edaf, 2008).
La concreción de mi experiencia intercultural a través de la danza son la película-documental “Princesa de África”, de Juan Laguna y el libro autobiográfico del mismo nombre (ed. Planeta, 2009).
Durante 17 años, he dedicado todo mi estudio y energía a la enseñanza, que más que enseñar, me ha hecho aprender, investigar y redescubrirme año tras año. Siempre llevaré en mi corazón la ya desaparecida E.A.A.Relatores, donde comencé mis primeras clases regulares bajo la mirada atenta de Mercedes Zúñiga León, quien me abrió tantas puertas y fue siempre un gran ejemplo de transmisión.
He actuado y compartido escenarios con grandes bailarines, que siempre han dado lo mejor de sí mismos. Con “La Noche de los Maestros” empezó un sendero precioso abierto por Carolina Grandela; con Yhemel, los aromas arrebatadores de Argentina; con Alejandra Weil, los viajes y lo sutil de la danza; con Erika “la Turka”, la alegría de danzar; con Arnaldo Iasorli, la conexión entre dos cuerpos, el entendimiento y la confianza; con Alboury Dabo, la felicidad de descubrir la danza africana, el apoyo y el impulso; con Cristina Rosa, el significado de la amistad en la danza y el compartir sincero.
Mis perspectivas se han ampliado gracias a los aportes de profesores/as, alumnos/as y compañeras/os de profesión y “andanzas” (como suele decir Erika). He sido formal, intuitiva, luchadora, disciplinada, a veces loca e impulsiva…y pretendo seguir abierta a todo lo que la vida me aporte.
Nuevas concepciones llegan…, personas como Mamadou Ibrahima Fall, el proyecto “Bailar con África”, para INLA (Internacional Leadership Education and Development Academy)…
Vuelvo a dar gracias a los que han estado y a todos los que van a estar.